martes, 18 de abril de 2017

La Tierra entre Indígenas y Campesinos


50 años de las luchas del “indio” Manuel Quintín Lame I







La historia continúa en medio de sus contradicciones. La ardua necesidad de justicia en una sociedad como la nuestra se convierte en el talón de Aquiles del diario vivir. Ahora el sueño de construir la paz es cada vez un reclamo, una necesidad y la consigna que demandan los distintos grupos sociales en Colombia. No es para menos si el peso de la violencia ha permeado los espacios, las realidades y la cotidianidad. Pareciera ser que la tierra de Macondo estuviera condenada a la estirpe de cien años de olvido, pobreza y exclusión, resultado de un proyecto impuesto por los mismo de siempre, más con sus distintas estrategias de explotación y dominación sobre los más oprimidos de nuestra época.

La lucha politica del “indio” Manuel Quintín Lame y su proceso de movilización, unidad y resistencia al interior de las comunidades indígenas lleva consigo el peso contundente de la violencia, el exterminio y la criminalización sistemática que ha realizado históricamente el Estado frente a los pueblos en sus distintos territorios. A su vez, ha sido reconocido como una figura de unidad, resistencia y reivindicación por parte de las organizaciones indígenas en su disputa por concebir un buen vivir entre la naturaleza y el ser humano, una oportunidad por construir la paz desde la cosmovisión de los pueblos, siendo una apuesta alterna por parte de los sectores excluidos de la sociedad colombiana.

En efecto, Manuel Quintín Lame en las últimas décadas se ha convertido en un sujeto de análisis para los distintos campos del conocimiento. Por supuesto, su trayectoria como líder de las rebeliones, las revueltas y la toma de tierras ha marcado sin lugar a dudas la importancia del movimiento indígena en el ámbito nacional. Luego de 50 años de su muerte sucedida el 7 de octubre de 1967, todavía su historia de vida sigue identificando un sinnúmero de experiencias encaminadas a la defensa por la vida, la tierra, el territorio y la autonomía de los pueblos en su diario vivir en donde la serenidad, la sabiduría y el diálogo de la cosmovisión refleja los saberes de “Moña” como era conocido popularmente en Ortega (Tolima) por los habitantes de este pueblo al final de su vida.


De esta manera, la importancia de las luchas del “indio” Quintín ha despertado rigurosos trabajos de investigación en su antes y después, luego de transcurrir cincuenta años de poner en el escenario público la emergencia de la primera guerrilla indígena en América Latina como ha sido considerado por algunos analistas. Es la muestra por comprender la complejidad de la violencia, la constitución de la causa indígena y la pertinencia de la construcción de paz desde las regiones como ha sido demostrado por los indígenas Nasa en el Sur del Tolima por más de 21 años, luego de haber firmado un acuerdo con las Farc- Ep. Véase: http://www.elpais.com.co/multimedia/videos/en-video-indigenas-nasa-del-tolima-firmaron-la-paz-con-las-farc-hace-20-anos.html

La praxis sociopolítica del más importante líder indígena del siglo XX nos permite conocer parte del origen del conflicto armado, siendo la raíz que impulsó a Quintín Lame en su denuncia sobre la concentración de la tierra, la invisibilización del indígena y la violencia contra las comunidades, lo que refleja el repertorio de aquellos tiempos realizados por los sectores hegemónicos. Igualmente, las acciones políticas por parte de las instituciones, las élites, los grupos tradicionales y el gamonalismo sobre los territorios ancestrales, son en la actualidad fenómenos vigentes que responden a las problemáticas del movimiento indígena frente a la institucionalidad. Véase: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-41507530#

Así pues, la defensa de los resguardos, el fortalecimiento de los tejidos comunitarios y la organización de las comunidades fue parte del ejercicio político realizado a lo largo de su vida por el “indio” Quintín Lame, el cual, sin lugar a dudas, dejó una ruptura profunda destinada a esclarecer la problemática del terraje, el reconocimiento de los derechos indígenas y la consigna por construir un autogobierno que respondiera a las necesidades reales de los pueblos en sus respectivos procesos comunales dentro de los territorios. Véase: http://www.es.lapluma.net/index.php/luchas-y-resistencias/las-comunidades-en-resistencias/6564-las-quintiniadas-en-el-cauca.html

El sentido por la defensa de la raza fue un pilar que constituyó la identidad de Quintín Lame, lo que significó una disputa constante contra los grupos hegemónico, la persecución politica y la estigmatización por parte de los terratenientes, hacendatarios y políticos regionales desde el Cauca hasta el Tolima, una gran travesía que los indígenas asumieron como un elemento identitario que le permitió la legitimidad, el respaldo y el afecto por parte de las comunidades en su constante lucha política. Asimismo, su pensamiento ha sido resignificado por las organizaciones indígenas como un antecedente para seguir la lógica de la resistencia y la defensa de los territorio por medio de los resguardos y cabildos locales, seguramente la praxis transformativa y liberadora de Quintín Lame será por muchos años un bastión contrahegemónico que contribuirá a la reflexión y crítica sobre los sectores tradicionales que han intentado deslegitimar y negar la vigencia de la lucha indígena y su proyecto comunal de construcción de la paz desde los territorios y en función de una sociedad que respire, sienta y conviva en un buen vivir.

Postscriptum: la relevancia del pensamiento del “indio” Quintín Lame ha sido considerado como un campo de gran importancia en el mundo de las ciencias sociales y la investigación crítica, debido a la posibilidad de reconocer la complejidad y las dinámicas de los pueblos indígenas en Colombia frente a su reivindicación por una sociedad en paz y que respete la autonomía de las comunidades en los territorios, tal como se puede constatar en los siguientes textos:
Espinosa, M. (2009). La civilización Montés. La visión india y el trasegar de Manuel Quintín Lame en Colombia. Bogotá: Uniandes. Recuperado de: https://publicacionesfaciso.uniandes.edu.co/sip/data/pdf/La_civilizacion%20montes.pdf
Sandoval, E. (2008). La Guardia Indígena Nasa y el arte de la resistencia pacífica. Bogotá: Fundación Hemera. Recuperado de: http://imagobarcelona.org/txts/GUARDIA_INDIGENA_NASA.pdf

* Cantor, R. V. (2002). Gente muy rebelde: Indígenas, campesinos y protestas agrarias (Vol. 2). Ediciones Pensamiento Crítico. Recuperado de: http://www.lafulminante.com/articulos/30891368-Gente-muy-rebelde-2-Renan-Vega-Cantor.pdf

50 años de las luchas del “indio” Manuel Quintín Lame II







El trasegar político del “indo” Manuel Quintín Lame ha sido concebido como un referente en la lucha de los movimientos indígenas en América Latina, luego de 50 años cada vez toman más fuerza sus ideas en un escenario politizado, fragmentado y con diversas contradicciones como es claramente la sociedad colombiana, pareciera ser que la “democracia” desde cualquier adjetivo o calificativo demanda mayor atención en su mismo proceso de construcción y futura consolidación.

En efecto, los 50 años de luchas políticas, sociales y culturales ejercidas por Quintín Lame en territorios indígenas despertó inconformismos generalizados por parte de las comunidades en su proyecto de reivindicación y restructuración de lo que han denominado “nación” bien lo resalta el maestro Eduardo Sandoval Forero, cuando señala que parte del conflicto hecho violencia en su largo trayecto histórico responde principalmente a los vacíos que se han construido en cada uno de los escenarios en la tierra de Mancando, es decir, dicha invención de una sociedad moderna (colonial) caracterizada por no contemplar o legitimar realmente los pueblos indígenas, negros, campesinos, mujeres y demás grupos oprimidos de la incierta realidad política colombiana. Véase: http://viva.org.co/cajavirtual/svc0562/articulo09.html

La praxis trasformativa de aquella época proveniente de las vibraciones políticas del “indio” Quintín Lame, ha tomado fuerza al interior de las dinámicas del Movimiento Indígena Colombino, gran parte de sus organizaciones configuradas en niveles locales y nacionales, han tomado sus banderas de lucha como parte de los programas de resistencia local y de construcción de proyectos alternativos frente a la hidra venenosa del capitalismo extractivista, financiero y crematístico, el cual sin lugar a dudas, se ha caracterizado por el despojo a gran escala de tierras, saberes y tejidos comunitarios sobre los sectores subalternos de nuestra sociedad.

De forma concreta logramos apreciar, en lo descrito por Renán Vega Cantor “cualquier trabajador que se organice sindicalmente, cualquier comunidad indígena que defienda sus derechos, cualquier comunidad que pida mejores condiciones de infraestructura, serán vistas como reivindicaciones terroristas que deben ser reprimidas y este brazo armado ilegal que el gobierno dice que no existe, sigue operando azuzado por distintos sectores dominantes de este país, tanto políticos como económicos, lo significativo es que esos nuevos grupos paramilitares que son los viejos de siempre que nunca desaparecieron, se están entronizando en regiones de influencia de las Farc antiguamente que quedaron desocupados y que ellos están ocupando ahora y, por lo general, son regiones donde se generan grandes megaproyectos mineros, energéticos, hidroeléctricos y lo que se trata es de respaldar esas inversiones del capital trasnacional para asegurar el libre funcionamiento de la inversión extranjera”. Véase: http://www.pacocol.org/index.php/noticias/economia/1531-en-colombia-se-e...

En conclusión, la vigencia de lo manifestado por Quintín Lame toma fuerza en esta época, en donde la crisis de la democracia y de representación es cada vez más vigente, la necesidad de superar la fragmentación de una cultura construida sobre la estructura de un Estado violento, mafioso y estigmatizador de las luchas sociales, tal como viene sucediendo en el desarrollo de una política de extermino y violencia contra los pueblos indígenas que no tiene aires de parar por el momento, a su vez, las fuerzas “oscuras” de los grupos radicalizados y precursores del paramilitarismo, las bandas criminales y las estructuras de instituciones consumidas por la corrupción y la narco – política muestra el panorama que deben enfrentar por sobrevivir las comunidades indígenas en sus territorios ancestrales.

Véase: https://www.elespectador.com/noticias/elmundo/indigenas-y-afrodescendien...

Postscriptum: la necesidad de incorporar los pueblos indígenas a la construcción real de la Justicia Especial para la Paz, debe ser una necesidad sin lugar a dudas, es una lástima ver cómo se dilatan las bases del proceso de paz, aun cuando, salen a relucir las contradicciones de diferentes partes y lo más complejo se sigue alimentado la cultura de la violencia, la mentira y la zozobra por parte de las élites, las “izquierdas” divididas, la derecha negociando y encubriendo sus errores, y parte de la sociedad civil pendiente de la clasificación de la selección Colombia al mundial, sin dejar a un lado, que baje el precio de la cerveza para las festividades de diciembre.


La Tierra entre Indígenas y Campesios


Texto completo
En el Nuevo Día

La larga historia colonial que carga la idiosincrasia de nuestros pueblos (América Latina, Asia, África y el Sur de Europa) no se puede dejar pasar. El fuerte peso que colgamos desde el camino de las herraduras hasta el impacto en el canal de Suez, conllevo a una profunda división que algunos teóricos como Immanuel Wallerstein han denominado en sus textos la lógica del sistema – mundo capitalista, donde se configuró las formas de explotación, dominación y colonialismo modernas, usadas entre los Estados – nacionales frente a las periferias.
Un proyecto que hacia 1840 en Colombia tenía gran aceptación por las elites dueñas de los territorios, por supuesto las mismas que se hicieron cargo de las instituciones coloniales (mina, mita, hacienda, comarca) generando relaciones de patronazgo, jornalerismo y comercialización de esclavos. Este fenómeno que lleva más de dos siglos no para de tomar forma, aunque en el fondo es el mismo problema de siempre “la bendita tierra”.
Bien lo narra William Ospina en novelas como: “el país de la canela”, “pa`que se acabe la vaina”, “el dibujo secreto de América Latina” entre otros. Todas dan pistas desde la narrativa – histórica de ese legado colonial que lleva nuestra cultural en términos políticos, las relaciones entre las familias (patriarcales), y si fuera poco los juegos de poder, que esos mismo de arriban comenten contra los de abajo.
En efecto, actores sociales/políticos como son los indígenas y campesinos han vivido el mismo panorama de explotación a gran escala pero desde distintas esferas. Empecemos por señalar que la violencia ha sido un instrumento utilizado por los grupos políticos contra los de abajo. Un ejemplo de este asunto, fue la extensa región que constituirá el Eje Cafetero colombiano, sería el espacio en disputa entre los colonos y los hacendados por imponer un proyecto donde el café, la explotación del oro y la construcción de haciendas eran el objetivo político de la época.
Posteriormente, la mentalidad del colonizador tomaría fuerza cuando hicieron uso de las instituciones (iglesia, familia, estado), llevando a cabo todo un proceso de apropiación – indebida de tierras, educación conservadora para las familias, la construcción de un imaginario de inferioridad. Era evidente la condición de oprimidos que vivieron los indígenas, negros y campesinos en aquel entonces, donde era más factible tener un gramo de oro, de canela para lograr incidir en los asuntos políticos de aquellos tiempos.
En estos momentos, estamos presenciando un fenómeno más complejo indígenas y campesinos luchando por la apropiación de las tierras, y la configuración de un pensamiento sobre y para el territorio. La semana pasada la Corte Constitucional emitido una sentencia que pone en jaque parte del problema de la distribución “equitativa” de la tierra en el país, teniendo como referencia la improductividad de la misma, debido a los latifundios y minifundios que son propiedad privada de familias, grupos y sectores políticos hegemónicos en las regiones. Véase: http://lasillavacia.com/historia/la-corte-zanja-la-pelea-por-la-tierra-entre-indigenas-y-campesinos-60562
Este panorama ha generado grandes divisiones entre estos sectores oprimidos (indígena, afro, campesino). Lo que muestra la poca visión de un proyecto alterno por parte del gobierno nacional. La lógica política de este gobierno de mano de las elites, grupos políticos y familias aristocráticas ha sido el uso y desuso de indígenas y campesinos en su proyecto colonial, expansivo y colonizador (el conflicto armado).
Bien sabemos lo que sucedió en la época del gobierno de Uribe I-II, que financio grupos de seguridad privada en todo la región de Antioquia esos que tenían como finalidad ofrecer “seguridad” para las tierras de los hacendados en dicha región, lo paradójico de este asunto, es que sin pensarlo tomaría fuerza en zonas como el Caribe, el Pacifico, la Amazonia entre otras, y sin dejar a un lado las secuelas que miles de familias les ha tocado vivir.
En ultimas, la disputa por la tierra que viven en estos momentos indígenas y campesinos debe ser un tema central para el “post- acuerdo” que presencia la realidad política colombiana. No debemos pensar por aislado los temas de interés nacionales, es decir, aunque se intente dar por culminado el silencio de los fusiles. Todavía estamos inmersos en fenómenos profundos que merecen ser tocados/reflexionados/ analizados desde los acuerdos de paz en las regiones. Debemos reconocer que el centralismo político – capitalino no debe continuar con su idea colonial de llevar la paz a esas zonas, por el contrario, es el espacio para que las regiones desde sus actores pensando de adentro para afuera logremos construir una paz estable, duradera, necesaria y justa para la tierra de macondo.
Post-scriptum: La política reformista del rector de la Universidad del Tolima sigue tomando fuerza al interior de la institución. Pareciera que cierta parte de los “huelguistas”, profesores, estudiantes y funcionarios están asumiendo un estado de pasividad. Desde cuando el silencio bastante parecido a la estupidez de ASPU- UT, parafraseando al Maestro Eduardo Galeano, les ha llegado a la cima de la cabeza, hace mucho que ciertos sindicados han perdido su razón de ser y han pasado a convertirse en estructuras burocráticas/ clientelares de las respectiva administración de turno. Nos queda claro la posición de “izquierda” que tienen en estos momentos la organización sindical de la Universidad del Tolima - ¡carajo! Respeto por la comunidad académica y estudiantil que exigimos una universidad diferente al servicio de los sectores más oprimidos de nuestra época. 




UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA ORAL DEL MOVIMIENTO INDÍGENA DEL TOLIMA: Entrevista con la  Gobernadora del cabildo indígena Debóra Carrillo


Texto Completo.Revista CoPal No 3 Marzo 2017



Resumen



La finalidad del presente artículo consiste en comprender los aportes históricos inmersos en la oralidad del Movimiento Indígena del Tolima, para así analizar dos procesos fundamentales: el primero tiene que ver con la figura del “Indio” Manuel Quintín Lame, y el segundo con la constitución del movimiento indígena y su correspondencia con el pensamiento decolonial. Parte de estos procesos se encuentran presentes en la entrevista ofrecida por la Gobernadora Débora Molina del cabildo el Chorrillo en Ortega, Tolima.De esta forma se busca la relación conceptual entre la historia oral y el Movimiento Indígena del Tolima. Para el desarrollo del artículo se procede con la siguiente metodología: 1) Un abordaje hemerográfico y bibliográficosobre la historia oral y el pensamiento decolonial; 2) Un análisis documental en torno al movimiento Indígena del Tolima; y 3) la realización de una entrevista a profundidad con previa contextualización. El resultado quese encontró es el fuerte arraigo que tienen las comunidades indígenas con el pensamiento de Manuel Quintín Lame y sus procesos políticos, que tienen como eje el fortalecimiento del movimiento indígena en la región. The purpose of this article is to understand the historical contributions immersed in the orality of the Indigenous Movement of Tolima. Thus to analyze two fundamental processes: The first has to do with the figure of the “Indian” Manuel Quintín Lame, and the second with the Constitution of the indigenous movement and its correspondence with decolonial thinking. Part of these processes are present in the interview offered by Governor Débora Molina of the Chorillo Council in Ortega - Tolima.In this way, the conceptual relationship between oral history and the Tolima Indigenous Movement is sought. For the development of the article we proceed with the following methodology: 1) A hemerographic andbibliographical approach on oral history and decolonial thinking, 2) A documentary analysis around the Tolima Indigenous movement, and 3) the completion of an in-depth interview with previous contextualization. The result that was found is the strong and deeply hold that the indigenous communities have with the thoughtof Manuel Quintín Lame, and its political processes that have as axis the strengthening of the indigenous movement in the region.



Una Mirada Crítica  Sobre el Proceso Político  Del  Movimiento Indígena Boliviano y su Apuesta en la Refundación del  Estado



Se puede Leer o descargar aquí


50 años de las luchas del “indio” Manuel Quintín Lame III




Las secuelas de un conflicto armado de larga duración no pueden sanarse de la noche a la mañana, aun cuando la sociedad en su imaginario colectivo carece de la maduración necesaria por pensar un país en donde la construcción de la paz provenga y sea impulsada por las comunidades desde y para los territorios.
La guerra propia o la guerra ajena vivida por las comunidades indígenas no es indiferente a esta situación tan estructural como lo implica la violencia en sus múltiples connotaciones, pareciera ser que la lógica de las élites tanto de izquierda como de derecha promovieran un ambiente marcado por la negación y la eliminación del “otro”, siendo así que parte de esta lucha por reconocer la dignidad y el respeto al ser “indígena” fue una consigna constante promulgada por el “indio” Manuel Quintín Lame en su proyecto mesiánico y liberador de los pueblos indígenas en Colombia.
En efecto, la fuerza del pensamiento de Quintín Lame conllevó a la generación de militancias, colectivos y grupos dedicados a la defensa de la raza, la vida, la tierra y el territorio en función de continuar la noción de la causa indígena en todas sus dimensiones. Un resultado concreto fue la emergencia a la esfera pública del Movimiento Armado Quintín Lame (MAQL) que ha sido considerado como la primera guerrilla indígena en América Latina.
Los cincuenta años del trasegar político de Quintín Lame se pueden reconocer como un tiempo coyuntural que posibilitó la discusión de nuevos temas y debates frente a la concepción sobre qué tipo de democracia existen y se ha impuesto a lo largo de la historia por parte de los sectores hegemónicos de la sociedad colombiana. Así pues, la cuestión de la autonomía, la defensa y la resistencia paso a ser un tema polémico que desbordo todo tipo de imaginario político cada vez pareciera ser que los pueblos indígenas demostraban su postura por construir zonas o comunidades alejadas del conflicto armado o por el contrario la necesidad de buscar las herramientas necesarias para garantizar su seguridad frente a la ola de violencia política y armada proveniente de distintos actores (gamonalismo, hacendatarios, paramilitares y guerrillas) esta serie de prácticas constituyeron una praxis que se identificaron con las necesidades de ir más allá de la disputa por el poder político y dejar en claro la postura pedagógica de paz proveniente de las comunidades en sus territorios.
Tal como sucedió con el pequeño grupo de indígenas Paez (Nasa) que en la década de los ochenta y noventa empezaron la organización de un movimiento que hiciera peso a la violencia de los terratenientes en el Cauca, y lograran impulsar la recuperación de tierras en el Norte de este departamento. Un aspecto que generó la construcción de un imaginario basado en una “guerra propia” a través de la creación de autodefensas étnicas nada extraño en la compleja historia del conflicto armado colombiano. Véase: http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes/informes-2015-1/quin...
El departamento del Cauca se ha caracterizado por convivir en medio de la disputa por el poder y la acumulación de la tierra de forma prolongada, esto ha contribuido a la reproducción de enfrentamientos constante por parte de las guerrillas, los grupos paramilitares y los sectores tradicionales (terratenientes y latifundistas) orientados al dominio de los territorios. Por ello, la experiencia proveniente de la primera guerrilla indígena MAQL consistió en su naturaleza política de no buscar el poder sino garantizar la defensa de la vida, la tierra y el respeto a otros sectores sociales.
En últimas, el impacto estratégico generado por el MAQL tuvo una amplia conexión con la cosmovisión indígena procedente del Norte del Cauca, un elemento de empoderamiento social y político guiado por la recuperación de la identidad, la autonomía y la cultura de los Paeces que sumaron simpatizantes de otros grupos étnicos en la región, un gran antecedente que demuestra la vigencia del pensamiento descolonial, insurrector y crítico del “indio” Manuel Quintín Lame que por más de 50 años se mantiene y asume cada vez mayor aceptación para distintos grupos, colectivos y actores que consideran necesario y posible una sociedad en paz, democráticamente justa y humanamente posible al servicio de los más necesitados de la tierra de Macondo.
http://josecaperafigueroa.blogspot.mx/
Texto completo en Revista Otros Logos (ver)


El giro decolonial en el estudio de las vibraciones políticas del movimiento indígena en América Latina


Eduardo Andrés Sandoval Forero y José Javier Capera Figueroa

Resumen




El giro decolonial ha sido considerado ruptura, insurrección, y apertura epistémica en el campo de la investigación social, en las últimas décadas del siglo XX. La fuerte discusión, crítica y distancia que se generaron al interior de las ciencias sociales con respecto a su condición eurocéntrica de investigar los fenómenos sociales, fue uno de los argumentos centrales, que desarrollaron pensadores, comunidades, pueblos, líderes e investigadores sociales comprometidos con “otra” realidad política y social en cada uno de los territorios de Nuestra América. Así pues, la finalidad del presente artículo producto de una investigación en curso, consiste en exponer los principales referentes, marcos y perspectivas teóricas encargadas de estudiar el movimiento indígena desde la sociología política latinoamericana

1 Este artículo de coautoría, forma parte del tema de investigación de tesis del alumno José Javier Capera Figueroa, bajo ladirección del Dr. Eduardo Andrés Sandoval Forero para optar por el título de la Maestría en Sociología Política del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora de la Generación XVI (2016-2018), inscrita en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del CONACYT (México). Doctor en Sociología, Maestro en Estudios Latinoamericanos, y Antropólogo Social. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México nivel II desde 1995. Profesor invitado de universidades de: Estados Unidos, América del Sur, España e Italia. Fundador y Coordinador Académico de la Maestría y el Doctorado en Educación para la Paz y la Convivencia Escolar. Investigador-Profesor del CIEAP, Universidad Autónoma del Estado de México, Correo: forerosandoval@gmail.com  Politólogo de la Universidad del Tolima. Analista político y columnista del periódico el Nuevo Día yRebelión.org. Maestrante del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora (México). Correo: caperafigueroa@gmail.com - http://josecaperafigueroa.blogspot.mx/

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